Los distintos escenarios a nivel global, los cambios abruptos en las políticas de los países, y la ya muy mencionada pandemia, han representado que la logística en las organizaciones tome un rol protagónico y definitivo como eje central de la cadena de suministro.
Es la misma cadena de suministro que desde su planificación, debe contemplar rangos de tiempo de retraso, lo que hoy en día muchos no consideran, y en sus planes de proceso son tan exactos como un cirujano, pero que con las condiciones actuales no resultan competitivos, enseñándonos que con las experiencias recientes ven como los tiempos de fabricación y entrega tienen cada vez más holgura debido a una logística mundial totalmente alterada por temas como la tan mencionada crisis de los “contenedores”, o la falta de personal logístico para los sectores de transporte y en los puertos, y que han formulado nuevos desafíos que nunca habían sido tan relevantes como en la actualidad.
Es allí donde los lideres de los procesos deben contar con nuevas competencias direccionadas a la flexibilidad, a la comunicación asertiva, a la creatividad, y a mirar escenarios de labor nunca contemplados, pero que con la crisis actual resulta imperante en pro de encontrar proveedores en los que en teoría resultaría “costoso” considerar un negocio.
Llegar a realizar un análisis prospectivo de fondo, es tal vez la mejor decisión para quienes ven como estos cambios nunca antes vistos dentro de los diseños de estrategias, la receta para el éxito y el imponerse en una economía global que denota como muchos de los grandes jugadores, han naufragado, donde en otros tiempos era algo absurdo, y los nuevos negocios se imponen con estrategias innovadoras, canales renovados, y una logística que evoluciona día a día, donde la principal premisa es la información y la constante transformación para su supervivencia.
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