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  • Marco Guimaraens, Uruguay

Tendencias Laborales del Futuro en el sector Logística ¿Hacia dónde vamos?

El mercado laboral actual en el sector logístico impone dos grandes retos: atender la necesidad de “inmediatez” de los consumidores y el crecimiento exponencial del comercio electrónico post- pandemia.


Ambas disrupciones tomaron al sector logístico por “sorpresa”, afectando las operativas generales y particulares de la gestión de la cadena global de suministro.



Se ha verificado en la realidad fáctica un crecimiento exponencial del E-commerce transfronterizo e intrafronterizo, y si bien el suceso puede parecer positivo a primera vista, afectó las operativas globales de todas las cadenas logísticas. Todo esto sumado a la exigencia del consumidor de que su mercancía adquirida llegue rápidamente hasta la puerta de su casa tensionó el sistema.


En estas aguas turbulentas, el buque logístico se enfrenta a un mercado de consumidores extremadamente informado y con un sinnúmero de opciones de compra, donde lo que prima es la cultura de la inmediatez. Dónde se busca atropelladamente, rapidez y satisfacción instantánea.


En este contexto, necesariamente debe reestructurarse la Gestión de la Cadena de Suministro (SCM), optimizando todos los procesos logísticos, automatizando las operativas del sector y contando con trabajadores altamente calificados.


Este panorama disruptivo implicó un cambio de paradigma en la SCM enfocado en la velocidad de la entrega, la conveniencia de múltiples formas de entrega y la atención al cliente de manera expedita.


La ya instalada transformación digital, que en Latinoamérica veníamos corriendo de atrás, sumada a las disrupciones planteadas, fueron los más grandes hitos que han afectado a las cadenas de suministro en los últimos años.


En este nuevo escenario las cadenas de suministro deben imperiosamente reinventarse. Lo que implica rediseñar los procesos logísticos, establecer protocolos de seguridad y salud (tanto para trabajadores como para mercancías), digitalizar y automatizar las operaciones, entre otros puntos. En definitiva, no solo son cambios que deben darse desde el sector estatal o del productivo, la academia tiene un rol que cumplir.


¿De qué forma? Adelantándose a las incertidumbres futuras, lo que implica identificar las nuevas tendencias y necesidades, tanto desde el sector productivo empresarial como del público. Incluir tecnología, trabajar con ella y transformar los modelos de negocios.


Robótica, automatismos y una acelerada transformación digital desembarcan en los centros logísticos y las operativas todas de las cadenas de suministro.


Las tareas manuales van perdiendo vigencia, y para atender probables reducciones de mano de obra en el sector logístico, es necesario calificar adecuadamente al capital humano de las organizaciones. Es perentorio contar con profesionales altamente capacitados que se adapten a las nuevas tendencias tecnológicas y contextuales.


Las oportunidades laborales irán de la mano con las ciencias, la tecnología, la informática, las matemáticas y la ingeniería en logística. Debemos formar a nuestros trabajadores, de todos los niveles, en competencias transversales, que no solo implican a las hard skills, sino también a las soft skills, que básicamente constituyen una serie de habilidades, conocimientos y capacidades de amplio espectro que no son específicas de una profesión determinada pero que son aplicables a diferentes contextos y tareas.

Si bien la mayor parte de la innovación en tecnologías de la Logística 4.0 ocurre en otros puntos del mundo “desarrollado”, es imperioso que nuestra querida América Latina vaya en esa dirección, preparándose rápida y efectivamente para estos cambios.

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